"No estamos aquí por mucho tiempo, pero sí para pasar un buen rato"
Matthew Paul Le Tissier nace en Guernsey, una pequeña isla entre Francia e Inglaterra allá por el otoño de 1968. Sin lugar a dudas, fue un jugador distinto al resto. Con talento de sobra para haberse convertido en el mejor jugador inglés de la historia, fue el amor por los colores a un modesto club que luchaba año tras año por evitar el descenso a la First Division lo que le impidió gozar del reconocimiento y la fama que un jugador de su calidad merecía. Su corazón estaba en Southampton, desde que en 1986 debutara oficialmente en el ataque del Southampton FC, no ha vestido otra camiseta que no fuera la rojiblanca de este pequeño club inglés. Y no fue porque no despertara el interés de otros clubes, rechazó ofertas multimillonarias de grandes clubes como el Liverpool, Manchester United o el Chelsea, llegando incluso a romper un contrato ya firmado con el Tottenham Hotspur.
Jugaba al fútbol por diversión y nunca le preocupó su estado físico que en muchas ocasiones rozaba el límite de la profesionalidad, jamás renunció a su afición por el chocolate, las hamburguesas o la cerveza. En este sentido cabe resaltar una anécdota con el técnico Glenn Hoddle, con el que coincidió en la selección inglesa y en el club de sus amores: en un entrenamiento se vio obligado a abandonar terreno de juego entre mareos por haberse comido antes del entreno un montón de salchichas y muffins. Esto, que a cualquier otro jugador le hubiera costado su carrera, no pasó de ser una anécdota que pasaba al olvido cada vez que pisaba la hierba de The Dell. Eso sí, le pasó factura en la selección inglesa con la que sólo llegó a disputar 8 encuentros sin tener suerte de cara al gol. Fue Hoddle el que lo dejó fuera de la lista del mundial de Francia`98 después de haber entrado en una pre-lista de posibles convocados, lo mismo le sucedió en otros torneos como en la Eurocopa de Inglaterra`96.
En el campo nadie brillaba más que él, dejando auténticas obras de arte que pasarán a la historia como el "Gol de la temporada" a votación popular en la temporada 1994/95, al Blackburn Rovers casi desde el centro del campo. O la vaselina que superó los casi dos metros de Peter Schmeichel saltando, tras una serie de fintas en la frontal del área. También merece la pena destacar un gol en Anfield tras dos sombreros dentro del área y batiendo al meta con la zurda, su pierna mala. Fue también un genio a balón parado, firmando auténticos golazos de falta y transformando 49 de los 50 penaltis que lanzó a lo largo de su carrera, el penalti errado fue detenido por Mark Crossley, portero del Nottingham Forest en 1993.
A pesar de que a primera vista por su figura nada atlética (alto, con tripa...), pareciera un jugador torpe con el balón; era un prodigio con el balón en los pies, haciendo con este lo que le daba la gana. Ensayaba golpeos desde fuera del área en los entrenamientos, que en los partidos dejaban a los porteros inmóviles y al balón dentro de la portería.
Un jugador sin ambición, que se divertía y que huía de la presión. La afición de los Saints le cantaba "he is God, Le God", y no era para menos ya que en las 16 temporadas que estuvo en las filas del Southampton disputó más de 500 partidos, llegando a marcar más de 200 goles.
Para concluir, hay un dicho en Southampton que dice que al morir Alan Ball y ser recibido en el cielo por San Pedro, este le dijo que lo necesitaba para su equipo de fútbol del cielo en el que figuraban Bobby Moore o Billy Bremmer. Ball se sorprendió al ver en el equipo a Le Tissier y le preguntó a San Pedro que hacía ahí si Matt no estaba muerto, a lo que San Pedro respondió: "No, ese es Dios, es que le gusta hacerse llamar Le Tissier".
Si os ha gustado la historia de este futbolista, es hora de que veáis lo mejor de todo: cómo hacer obras de arte en un campo de fútbol.
Para acabar, en el siguiente vídeo es el propio Matt Le Tissier quien nos desvela cuáles han sido sus goles favoritos.
jugadoraso :=0..........
ResponderEliminar