martes, 24 de enero de 2012

ROY KEANE

"Me he peleado con tanta gente que ya no sé a quién dar la mano antes de cada partido"


Roy Maurice Keane nace en Cork (Irlanda) el 10 de agosto de 1971. Comienza su andadura en el mundo del fútbol en el Cobh Ramblers, un modesto equipo de su país natal. En 1990, con 19 años, da el salto al Nottingham Forest, equipo de la Premier League en el que realiza tres grandes temporadas que le valen para fichar en el verano de 1993 por el todopoderoso Manchester United de Sir Alex Ferguson.  Su traspaso costó 3,75 millones de libras (un récord en el fútbol inglés por aquellos momentos). En el United coincide con jugadores como Cantona, Mark Hughes, Ryan Giggs, Schmeichel o Paul Ince. Su adaptación a los red devils es de lo más rápida, en su primera temporada en Old Trafford se convirtió en un imprescindible en la medular. Llegó a disputar entre todas las competiciones en este primer año 64 partidos, anotando 8 goles. En los años sucesivos el irlandés se convertirá en el alma del Manchester United, encandilando a los aficionados al fútbol con su lucha y brega así como por sus llegadas al área y su contundencia a la hora de luchar balones divididos, y por qué no decirlo, también balones no tan divididos.


El 27 de septiembre de 1997, Roy protagoniza un hecho clave en su carrera. Disputaba un partido de la Premier League en Elland Road contra el Leeds United. En una lucha por hacerse con el esférico, pugna con el central noruego Alf-Inge Haaland, cuando el mediocentro irlandés cae en el área. El defensa noruego realiza entonces una acción muy habitual en los futbolistas: recrimina a Roy Keane estar fingiendo. El hacer esto, a largo plazo, le acabaría costando un precio muy alto a Haaland. Lamentablemente Roy no fingía, tenía una rotura del ligamento cruzado anterior, se perdía el resto de la temporada.
Al año siguiente, recuperado de la grave lesión, el irlandés volvía a coger los galones en la medular de Ferguson y todo parecía olvidado.

El Manchester United disputaba la semifinal de la Champions League contra la Juventus, la escuadra italiana había empatado a uno en la ida en Old Trafford. En Delle Alpi, la Juventus se colocó rápidamente con un 2-0 favorable en el marcador. En esta situación límite, el irlandés tiró de furia y con un impecable testarazo metía al United en la eliminatoria. El partido acabó con la victoria del Manchester United por 2-3. Los de Sir Alex Ferguson ya tenían billete para una legendaria final de Champions en el Camp Nou contra el Bayern Munich. Sólo había un contratiempo para los ingleses: Roy, su buque insignia,se perdería la final por acumulación de amarillas. Esto no impidió a los red devils hacerse con el título en un último minuto de partido memorable en el que el United anota dos goles para remontar el tanto inicial de los alemanes.



El 21 de abril de 2001, Roy Keane demostró que él ni olvida ni perdona. El Manchester United disputaba en Old Trafford el derby contra el Manchester City. En el City jugaba un tal Haaland, ¿os suena?, pues a Roy Keane sí que le sonaba. El 16 del United quiso vengarse de aquella temporada que estuvo en blanco y, asómbrense, porque el irlandés hizo una de las entradas más sucia y antideportiva de la historia del fútbol. El partido transcurría por el minuto 86, los citizens acababan de empatar y Keane, escorado en la banda derecha, pierde un balón ante Haaland. Al ver Roy que no tenía ninguna posibilidad de recuperar el balón, con la rabia de haber recibido el gol del empate hace escasos segundos y, sabiendo quién la iba a quitar el balón, Roy Keane realizó una salvaje entrada (ríanse de Pepe) sobre la rodilla del defensa noruego. La venganza personal de Roy le costó como no podía ser de otra manera la roja directa. Antes de irse del campo le dedicó al noruego, que se encontraba tendido en el césped, las siguientes palabras: "¡jódete cabrón! ya no volverás a reírte de mí por lesiones fingidas". Esta brutal agresión le costó a Roy Keane una sanción de cinco partidos de suspensión y una multa de 250.000 euros.
Haaland no volvió a jugar hasta diciembre, disputó tres partidos y se vió obligado a abandonar el fútbol con 29 años: era una víctima de la ira incontrolada de Roy Keane.


Su salida del United fue de lo más polémica, cargó duramente contra Ferguson así como contra el sector joven de la plantilla encabezado por O´Shea, Fletcher o Alan Smith. Su marcha United, del que se había convertido en un auténtico símbolo, se produjo en el mercado invernal del 2006.


En uno de los últimos coletazos del mandato de Florentino Pérez como presidente del Real Madrid en su primera etapa, se planteó hacer efectivo el fichaje del violento irlandés para el conjunto blanco. Finalmente esta posibilidad se desvaneció, aunque no es menos cierto que difícilmente hubiera salido peor que otras estrellas fichadas por el mandatario blanco como Woodgate, Samuel, Diogo, Cassano, Pablo García, etc.

Roy Keane acaba recalando en ese mercado invernal en el Celtic de Glasgow, con el que lograría la Liga Ecocesa. Disputa 10 partidos anotando un gol. Al acabar esa temporada Roy decide colgar las botas.


Con su selección, Roy Keane fue internacional en 67 ocasiones. No llegó a disputar ninguna fase final de Eurocopa o Mundial, ya que la selección de Eire sólo se clasificó para la fase final de Corea y Japón 2002. Roy Keane estaba incluido en esa lista, pero una discusión con su seleccionador Mick McCarthy, hizo que abandonara la concentración de la selección.

Una de las posibles causas de la violencia de este gran jugador, pudo ser su alcoholismo. Una vez retirado llegó a declarar al Irish Times que el alcohol es un problema de los irlandeses, ya que "cuando se vive en Irlanda, hay siempre alcohol cerca".

El controvertido irlandés abandonó el fútbol en activo con un palmarés envidiable:

Campeón de la Premier League: 1994, 1996, 1997, 1999, 2000, 2001, 2003.
Campeón de la Copa de Inglaterra: 1994, 1996, 1999, 2004.
Campeón de la Champions League: 1999.
Campeón de la Copa Intercontinental: 1999.
Campeón de la FA Community Shield: 1993, 1994, 1996, 1997, 2003.
Integrante de FIFA 100 (125 mejores futbolistas vivos): 2004.
Campeón de la Liga Escocesa: 2006.

Su compañero en el United Ruud van Nistelrooy dijo de él: "será recordado como el jugador más grande que haya jugado nunca en este club. Es el mejor con el que he jugado nunca". 
Álex Ferguson calcaba prácticamente las palabras de van Nistelrooy, diciendo que: "será recordado como uno de los mejores de la historia del club. El mejor que he tenido a mis órdenes, sin duda".

domingo, 15 de enero de 2012

MATT LE TISSIER. Le God

"No estamos aquí por mucho tiempo, pero sí para pasar un buen rato"

Matthew Paul Le Tissier nace en Guernsey, una pequeña isla entre Francia e Inglaterra allá por el otoño de 1968. Sin  lugar a dudas, fue un jugador distinto al resto. Con talento de sobra para haberse convertido en el mejor jugador inglés de la historia, fue el amor por los colores a un modesto club que luchaba año tras año por evitar el descenso a la First Division lo que le impidió gozar del reconocimiento y la fama que un jugador de su calidad merecía. Su corazón estaba en Southampton, desde que en 1986 debutara oficialmente en el ataque del Southampton FC, no ha vestido otra camiseta que no fuera la rojiblanca de este pequeño club inglés. Y no fue porque no despertara el interés de otros clubes, rechazó ofertas multimillonarias de grandes clubes como el Liverpool, Manchester United o el Chelsea, llegando incluso a romper un contrato ya firmado con el Tottenham Hotspur.


Jugaba al fútbol por diversión y nunca le preocupó su estado físico que en muchas ocasiones rozaba el límite de la profesionalidad, jamás renunció a su afición por el chocolate, las hamburguesas o la cerveza. En este sentido cabe resaltar una anécdota con el técnico Glenn Hoddle, con el que coincidió en la selección inglesa y en el club de sus amores: en un entrenamiento se vio obligado a abandonar terreno de juego entre mareos por haberse comido antes del entreno un montón de salchichas y muffins. Esto, que a cualquier otro jugador le hubiera costado su carrera, no pasó de ser una anécdota que pasaba al olvido cada vez que pisaba la hierba de The Dell. Eso sí, le pasó factura en la selección inglesa con la que sólo llegó a disputar 8 encuentros sin tener suerte de cara al gol. Fue Hoddle el que lo dejó fuera de la lista del mundial de Francia`98 después de haber entrado en una pre-lista de posibles convocados, lo mismo le sucedió en otros torneos como en la Eurocopa de Inglaterra`96.

En el campo nadie brillaba más que él, dejando auténticas obras de arte que pasarán a la historia como el "Gol de la temporada" a votación popular en la temporada 1994/95, al Blackburn Rovers casi desde el centro del campo. O la vaselina que superó los casi dos metros de Peter Schmeichel saltando, tras una serie de fintas en la frontal del área. También merece la pena destacar un gol en Anfield tras dos sombreros dentro del área y batiendo al meta con la zurda, su pierna mala. Fue también un genio a balón parado, firmando auténticos golazos de falta y transformando 49 de los 50 penaltis que lanzó a lo largo de su carrera, el penalti errado fue detenido por Mark Crossley, portero del Nottingham Forest en 1993.

A pesar de que a primera vista por su figura nada atlética (alto, con tripa...), pareciera un jugador torpe con el balón; era un prodigio con el balón en los pies, haciendo con este lo que le daba la gana. Ensayaba golpeos desde fuera del área en los entrenamientos, que en los partidos dejaban a los porteros inmóviles y al balón dentro de la portería.


Un jugador sin ambición, que se divertía y que huía de la presión. La afición de los Saints le cantaba "he is God, Le God", y no era para menos ya que en las 16 temporadas que estuvo en las filas del Southampton disputó más de 500 partidos, llegando a marcar más de 200 goles.
Para concluir, hay un dicho en Southampton que dice que al morir Alan Ball y ser recibido en el cielo por San Pedro, este le dijo que lo necesitaba para su equipo de fútbol del cielo en el que figuraban Bobby Moore o Billy Bremmer. Ball se sorprendió al ver en el equipo a Le Tissier y le preguntó a San Pedro que hacía ahí si Matt no estaba muerto, a lo que San Pedro respondió: "No, ese es Dios, es que le gusta hacerse llamar Le Tissier".

Si os ha gustado la historia de este futbolista, es hora de que veáis lo mejor de todo: cómo hacer obras de arte en un campo de fútbol.


Para acabar, en el siguiente vídeo es el propio Matt Le Tissier quien nos desvela cuáles han sido sus goles favoritos.